Un Amor Complicado

la timidez es mi peor enemiga

Sara Machin

5/23/20232 min read

Conocí a este chico en 2018, cuando ambos teníamos 14 años. Yo era su primera novia y creía que él era el amor de mi vida por diferentes motivos. Estuvimos juntos durante unos meses, pero nuestra relación no funcionó debido a nuestra timidez y la falta de comunicación, lo que nos llevó a dejar de hablarnos. Ambos prácticamente nos ignoramos durante varios meses.

Tiempo después, un chico un año mayor que yo mostró interés en salir conmigo, y acepté debido a mi dependencia emocional (algo que me costó superar). En ese momento, mi ex se enteró de que estaba saliendo con alguien más y se enojó, llegando a decirle a sus amigos que lo engañé. Aunque todavía sentía algo por él, siempre pensé que ya no le importaba y que no me extrañaba. En un intento por arreglar las cosas, traté de hablar con él, pero estaba tan enojado que ni siquiera podía mirarme a los ojos. Además, me mintió diciendo que tenía una nueva pareja que no era del colegio. Luego, le dijo a una amiga mía que no tenía pareja y que solo había tenido una novia (yo) durante 2 meses, aunque empecé a salir con el otro chico 6 meses después según su lógica. Intenté arreglar las cosas, pero me resultó imposible.

Después de cambiarme de colegio, perdí contacto con él hasta después de graduarnos en 2021. Decidí hablarle porque sentía que mi vida era solitaria y quería hacer nuevos amigos con intereses similares. Pensé que él ya no estaría enojado, y de hecho, fue bastante amable conmigo. Nos dimos cuenta de que teníamos más en común de lo que imaginábamos y llegué a invitarlo a mi casa para jugar videojuegos y comer juntos. Sin embargo, más tarde él comenzó a comportarse de manera extraña, mostrando hipocresía y contradicciones en varias ocasiones. Supuse que estaba enojado cuando le mencioné que tenía pareja, pero fue él quien hizo una broma indirecta al respecto.

Después de notar su comportamiento extraño, decidí no seguir hablando con él. Sin embargo, a finales de 2022, caí nuevamente y le hablé. Actuaba de manera desinteresada y orgullosa, pero me di cuenta de que su verdadera intención era que yo le suplicara, ya que un día, cuando estaba bajo la influencia del alcohol, me envió mensajes románticos. Luego, volvía a mostrarse desinteresado y parecía querer que yo hiciera todo el esfuerzo por mantener una conversación. Decidí no seguir hablando con él porque sentía que no aportaba nada positivo a mi vida y solo generaba drama.

Sin embargo, la semana pasada, me volvió a hablar de manera amable y confiada, incluso enviándome fotos suyas y de su hermana pequeña, lo cual fue sorprendente considerando su actitud anterior. Fue el único día que hablamos, supongo que esperando que yo continuara la conversación.

La verdad, a veces aún siento ganas de hablarle porque me siento culpable por lo que sucedió años atrás.