La Pesadilla Infinita

demasiadas secuencias para una sola pesadilla.

Nico

5/23/20232 min read

Anoche tuve una pesadilla que me dejó muy asustado. Todo comenzó en lo que parecía ser una excursión escolar con algunos de mis antiguos compañeros. Aunque no podía ver claramente sus caras en el sueño, sabía que eran excompañeros de colegio. Estábamos en una zona rural de mi país, pero era diferente a la realidad. El camino de entrada era de tierra y había un pantano a un lado. Nos encontrábamos en una cabaña grande ubicada más adentro del camino. Dentro de la cabaña, proyectaban un video y había sillas de colegio para que todos nos sentáramos. Al fondo, había unos montones de cajones azules que se asemejaban a pasillos interminables en lugar de estantes de supermercado.

Mientras veía el video en el proyector, de repente, unas entidades voladoras empezaron a perseguirnos. Logré escapar saltando al segundo piso de la cabaña, donde me refugié en un balcón rodeado de lianas. Por suerte, las criaturas no pudieron alcanzarme. Así terminó la primera parte del sueño.

Luego, la pesadilla continuó con una segunda parte. Me encontraba corriendo por el camino de tierra, perseguido por lo que parecía ser un anciano, con aspecto de zombie. A mi lado, había una compañera con la que nunca había hablado en la vida real, y otra persona de la que no puedo recordar su identidad. En ese momento, no éramos conscientes de que nos perseguían. Simplemente, tuvimos el instinto de correr. Mientras escapábamos, vi cómo el anciano atrapaba a mi compañera tapándole la boca y llevándosela hacia un lugar oculto. Mi mamá llegó en una camioneta a recogerme y, junto con mi otro compañero, continuamos huyendo. Nos encontramos con mi abuelo y abuela, quienes estaban en el auto. Me senté en el asiento trasero, en medio de mi compañero y mis abuelos. Mi mamá conducía, y mi abuela iba de copiloto. Intentamos perder al anciano conduciendo por diferentes calles, pero parecía tener una velocidad sobrehumana.

La tercera parte de la pesadilla comenzó cuando nos estacionamos en la calle frente a un portón. Aparecieron tres o cuatro individuos encapuchados y vestidos de negro, portando pistolas. Golpearon el vidrio del lado del copiloto y abrieron la puerta. Dispararon a mi abuela, y en ese momento, el sueño se volvió lúcido. Me encontré frente al cadáver de mi abuela, aterrorizado y pensando que sería mi fin. Mi corazón latía desbocado. Y así, la pesadilla llegó a su fin.

Cuando desperté, me sentía muy asustado. Mi padre se despidió de mí antes de ir a trabajar, y le di un abrazo muy fuerte, temiendo que algo malo pudiera suceder. Después de una hora, me levanté como si nada hubiera pasado,

aunque seguía un tanto inquieto por el sueño. De alguna manera, sabía que el ataque a mi abuela estaba relacionado con deudas pendientes que ella tenía. En la vida real, mi abuela participa en apuestas con mis tías abuelas y sus amigas, y está involucrada en un barrio peligroso. Además, recordé que hace años, mi mamá soñó que estaba con mi abuela en su antigua casa, cuando una mujer intentaba acuchillarla, pero terminaba siendo mi abuela quien recibía la puñalada.